domingo, 1 de noviembre de 2009

Carpe diem, diem carpe


No hay mañana
-dijo el atardecer-.
Pensó que su momento
Era eterno otra vez.

Como cada día,
El sol al caer,
Empuja su ánimo,
Le invita a creer
Que será siempre
Un orgulloso atardecer.

Cierra el día
El ocaso
Y abre la noche
Su guarida.

Escondite que le descubre,
La levedad de su ser,
Discontinuo pero eterno,
Eterno a más no poder.

1 comentario:

Abel N. Alejandre dijo...

Tienes que ver los atardeceres desde la otra orilla. Estuve en Portugal hace unas semanas y se ven los atardeceres impresionantes.
¿Cómo fue la charla?

Un abrazo