jueves, 11 de noviembre de 2010

Nunca conseguí el perdón



Arrojaría estiércol sobre mi cabeza,
Cavaría con mis manos traicioneras,
El nicho que estanque mis errores.
No vayan a escapar por las veredas.

Dejaría, uno a uno, que me fueran devorando,
Los gusanos del remordimiento,
Hasta dejarme en los huesos,
Huesos de esparto,
Insensibles e inertes,
Muertos,
No conscientes,
Faltos de tacto.


Yo quisiera dejar escapar la vida.
Verla correr como agua perdida,
Dejarme mecer por la salida prohibida.

Quisiera ya siempre dormir,
Olvidarme de existir,
Renunciar al porvenir.

Arrojaría estiércol sobre mi cabeza.
Cavaría mi nicho con tus manos.
Me dejaría matar con la certeza
Que ya no somos seres humanos.

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