A veces soy poeta por aburrimiento.
Busco versos en ensaladas,
en plátanos que trinan
o en niñas que apuñalan.
En motas viejas de polvo
encuentro mis hadas.
En cigarros que se apagan
veo las vidas cruzadas.
Dibujo rimas en melenas rizadas,
exhalo pensamientos en estrellas.
Temo al fin del mundo tomando café,
leyendo encuentro las guerras bellas.
A veces soy aburrimiento por poeta.
Esnifo Neruda para desayunar,
meriendo Lorca en las tardes.
Acompaño un buen Serrat
con su dosis de cabrales.
Me pierdo en conversaciones,
Aparecen sentencias en mi cabeza
En sílabas detecto tensiones,
Encuentro en frases aspereza.
Se desnuda mi tristeza,
pero todos miran la ropa
tumbada por la pereza
al vaciar la penúltima copa.
Que perdidos vamos,
-decimos-
Y la barra nos contesta,
alegre y a la vez funesta,
ya no hay camino de vuelta.
(El momento álgido,
la cima y la cumbre,
la reservo a mis ratos en la lumbre,
ardiendo mis entrañas,
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