sábado, 8 de septiembre de 2007

Paseo por el parque

Hoy he salido a la calle a pasear. A observar a las palomas sobrevivir buscando migas de pan. A cruzarme con gatitos callejeros que se entretienen en jugar. A ver a parejas de todas las edades que pasean, hablan, se besan y se desean. También las hay que se pelean. Igual que también hay cachorros que perdieron la inocencia y dejaron ya de jugar. Y palomas que no sobreviven a la ciudad.

Leí hace un tiempo que el amor es algo individual. Lo leí perdido en una libreta de un gran pintor. Leí que lo que nosotros sentimos como amor, esas caricias, esos besos, esas complicidades de dos, son un fenómeno individual. Amar, leí, es un verbo que no se conjuga en plural. Que somos nosotros mismos quienes, dejándonos traicionar por no se sabe que impulsos, proyectamos amor hacia otra persona, quizá por que no nos quepa todo dentro. Y el amor que nosotros creemos como ajeno, es el simple reflejo de lo que emitimos. La superficie que lo refleja es otro cuerpo, otro ser, y nosotros llegamos a creer que ese amor surge del ser, pero ese ser solo es la superficie reflectante, en realidad. El amor, entonces, es un onanismo espiritual, no una cosa que se crea entre dos. O eso decía aquello que leí. Por que me cuesta imaginar...no era así como yo recordaba el amor, la verdad.

Según esa teoría vivimos cada uno encerrado en una especie de jaula de cristal. Y el cristal de nuestra jaula solo deja pasar los rayos del tipo de energía que nosotros emitimos y al que llamamos amor. Lo que los demás emiten, sus emisiones de amor, no puede entrar en nuestro interior, por que no son como el nuestro, no son el mismo tipo de amor que nosotros emitimos. Así que el amor es un proceso individual, en el que se utiliza una superficie reflectante, pero individual.

Me vino esto a la cabeza mientras seguía sumergiéndome en la ciudad. En mi paseo me he dado cuenta, con esta reflexión, que se me caía el mito del amor como cosa independiente y superior. De pronto repasé mi vida y miles de momentos empezaron a perder su encanto. Creí sentirme estafado y engañado. Me indigné, fue como tener que volver a superar el trauma de los reyes magos. Envejecí cruzando un paso de cebra. Lo acepté, el amor tal y como yo lo imaginaba, no existe. Amor dejó de ser no tener que decir nunca lo siento. Amor dejaron de ser esos masajes en la espalda. El amor se convirtió en una extraña venganza de nosotros mismos. Un engaño bobo. Un coche pasó encima de un charco, y no había llovido, pero agua fría cayó sobre mi.

Y miré a mi alrededor, y donde antes veía seres unidos por el amor, ahora veía a solitarios condenados a un engaño de creer que 1 y 1 son dos. "Que desastre, si esto se extendiera pudiera ser nuestro virus mortal"- me he dicho. El amor es algo individual...

Pero me di cuenta de una cosa. Quizá puede ser que sí, que el amor sea algo individual. Pero puede suceder el caso que el individu@ al que proyectamos nuestro amor, también este proyectando su amor. Que también vea su amor, el que emite, en nuestros besos, en nuestras caricias. Claro que puede pasar que cada uno proyecte un amor distinto, uno más fuerte, otro más diluido, otros menos claro, otros más enfermizo. Esto se explica por que cada persona entiende de una manera el amor. Que quizá haya miles, millones de reflejos de amor. Y por eso el amor se acaba, por que buscamos otro reflejo que se parezca más al nuestro. Porque existe la pequeña posibilidad de encontrar a alguien que refleja lo mismo que tu quieres reflejar en ti. Existe la posibilidad de que alguien entienda el amor como nosotros mismos lo entendemos.

Y Respire aliviado. Dejé de andar y sonreí. Mire al cielo y vi a Peter Pan guiñándome un ojo. Los niños perdidos me siguen echando de menos en nunca jamás. Si es posible encontrar una persona que emita el mismo amor que emite uno mismo, entonces, su energía, eso que llamamos amor, atravesará la jaula de cristal, por que es como la tuya, y te llegará a lo más hondo. Te retroalimentará. Si fuera posible,(¿que demonios?ES POSIBLE), yo creería en el amor. He vuelto a sentirme joven, incluso he vuelto a creer en dios. Sí, es posible que exista el amor.

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