Sola la luna en el cielo,
se aburre de ver lejanos
tantas risas como llantos,
que corren como ríos entre
esos pequeños puntitos
que ella no sabe
personas.
Se aburre de ser eterna
y constante,
siempre arriba de todas
esas chanzas, lamentos,
sonrisas, voces, cantos,
siempre distante y ajena
a este agridulce vivir
que ella no sabe
humano.
"La luna, ¡que ría!",
grita alguien en la tierra.
Ella no escucha, absorta,
como su soledad nos conmueve
y alimenta.
se aburre de ver lejanos
tantas risas como llantos,
que corren como ríos entre
esos pequeños puntitos
que ella no sabe
personas.
Se aburre de ser eterna
y constante,
siempre arriba de todas
esas chanzas, lamentos,
sonrisas, voces, cantos,
siempre distante y ajena
a este agridulce vivir
que ella no sabe
humano.
"La luna, ¡que ría!",
grita alguien en la tierra.
Ella no escucha, absorta,
como su soledad nos conmueve
y alimenta.
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